Inmaculada Cebrián ha centrado su intervención en un resumen del trabajo de investigación que ha realizado en los últimos años sobre nuestro mercado laboral y sus efectos en los trabajadores y su situación de cara a la jubilación.
Para empezar, quería analizar la evolución de la producción, el empleo y su relación: la productividad. Un análisis que muestra un hecho peculiar de nuestro mercado laboral y es que muestra una tendencia contracíclica: la productividad mejora en tiempos de crisis y decrece en periodos positivos para la economía y el empleo.
Así, recordó que un objetivo tradicional de nuestro mercado laboral ha sido mejorar la productividad y la pregunta es si la crisis ha servido para mejorar algo en términos de empleo, producción y productividad porque todo eso afecta al sistema de pensiones.
Análisis del mercado laboral
Cebrián destaca como primer hecho la caída de la población activa, perdiendo peso la fuerte incorporación al mercado laboral de la mujer en etapas anteriores, la influencia de los cambios demográficos, el retraso de la edad de acceso al mercado laboral, etc. A este descenso se une también la tasa de empleo inferior al 75% en nuestro país, por tanto por debajo de los objetivos marcados por la estrategia UE 2020, tasa que se sitúa especialmente entre las mujeres.
Pero si hay dos datos que caracterizan a nuestro juicio a nuestro mercado laboral son la temporalidad, desencadenada por la crisis, y el sesgo, que alcanza el 25% en el caso de las mujeres trabajadoras.
Su análisis nos permite sacar conclusiones dentro de nuestro mercado laboral que aseguran que desde 2012 la probabilidad de tener un contrato indefinido es menor que antes, que los hombres son más propensos a obtener un contrato indefinido, así como las personas con mayor nivel educativo, si viven en Madrid o Cataluña que en el resto de España o si trabajan en la industria en lugar de sectores auríferos como el comercio.
Otra de las conclusiones de sus estudios es que “la temporalidad genera temporalidad” y que muchas personas “se encuentran atrapadas en situaciones de temporalidad al encadenar contratos de este tipo sin poder acceder a un contrato indefinido”.
Cebrián ha asegurado que esta situación tiene consecuencias a la hora de la jubilación, como es lógico y ha preguntado si las reformas acometidas afectan a todos por igual, ante lo que ha afirmado que en absoluto, ya que las diferentes carreras de cotización son las que marcan las condiciones de acceso. a la jubilación
Otra de las conclusiones de sus estudios es que las mujeres son las principales víctimas de las características de nuestro mercado laboral, penalizadas por trayectorias de cotización menos estables, con menor tiempo empleado, menor acceso a prestaciones y en definitiva menor protección social. Por ello, hizo un llamado a las autoridades públicas para que actúen no solo contra la precariedad laboral, sino también contra la discriminación entre hombres y mujeres.
Por su parte, Ignacio Conde Ruiz ha centrado su intervención en los efectos de calendario que sufre el mercado laboral español y que provoca grandes variaciones de afiliación en determinados días.
Se trata del efecto lunes y del efecto viernes, que suele traducirse en numerosas bajas los viernes (hasta un 20% más que cualquier otro día), que se compensan con afiliaciones con afiliación los lunes. Un efecto que no se da en ningún otro país del mundo y que se multiplica si coincide con principio o fin de mes y que puede mostrar diferencias de hasta 300.000 personas en un solo día.
Esta es una práctica muy acusada en determinados sectores, como el de la hostelería, y refleja la alta temporalidad, un nivel de rotación muy marcado y la precariedad laboral.
Este efecto se ha disparado desde 2012, coincidiendo con la reforma laboral, aunque no ha dicho que se deba únicamente a su puesta en marcha.
Sobre la influencia del cambio tecnológico en esta práctica, Conde Ruiz dijo que así como las empresas y las aerolíneas utilizan la tecnología para anticiparse a la demanda, fijar precios, controlar el stock, etc. Esta tecnología permitiría adelantar las necesidades del personal, pero la práctica habitual no es esa, es utilizar las instalaciones actuales para dar altas y bajas.
La precariedad tiene efectos perversos
En este punto, el Conde Ruiz ha advertido sobre los efectos perversos de esta precariedad en el Sistema de la Seguridad Social: menores ingresos y menores pensiones en el futuro. Pero agregó que hay otros efectos negativos, la pérdida de productividad producto de un mercado laboral muy ineficiente.
En este sentido, ha dicho que un sistema de distribución como el español se basa en la productividad y la demografía, por lo que la precariedad “es un lastre en la línea de flotación en la sostenibilidad del sistema”.
En cuanto a las soluciones, dice que no se trata solo de crear más empleos y obtener más ingresos, sino que para garantizar la sostenibilidad y la suficiencia, es necesario mejorar la productividad. Para ello, se baraja la posibilidad de eliminar los contratos temporales que no tienen sentido en el contexto actual, aunque la legislación vigente es consciente de que no es así. Por eso, aboga por acabar con esto “prueba de mercado de trabajo” con una sola figura de contratación en derechos y obligaciones.