Los modelos más nuevos rara vez encajan en formatos ya definidos. Suele haber un vacío legal y requisitos respetables por ambas partes: los usuarios quieren ser libres de elegir sus patrones de consumo y las empresas consolidadas competir en igualdad de condiciones. El Amenazas indirectas de Fomento a Blablacar y otros modelos similares se están debatiendo, y creo que es un buen momento para hacer algunas preguntas sobre este modelo y si debe haber límites.
¿Qué es Blablacar?
Tabla de contenidos
Si quieres saber más sobre la plataforma de carsharing, te invito a ver la infografía que preparé hace unas semanas sobre esta empresa.
¿Otro intento de poner puertas en el campo?
Desde ayer, las redes sociales se revolucionaron con la supuesta noticia de la prohibición de servicios de carsharing como la plataforma Blablacar, tras Modificación de avisos promocionales con las cuantías previstas por la ley (ya existente) a aquellas empresas o particulares que se beneficien de actividades de transporte sin contar con las autorizaciones administrativas correspondientes. En un principio se interpretó como una amenaza a Blablacar y plataformas similares, pero hoy Fomento aclaró (¿corregió?) que el reparto de gastos era evidentemente legal.
A primera vista, parece que nos espera una sorpresa reacción inadecuada de los poderes políticos que no entienden el cambio como modelo, como comenté a principios de año en otro artículo. Amenazan con multas por mal uso sin convencer, porque controlar este tipo de actividades lucrativas sería muy complicado. Al final, parece que le han hecho más publicidad a Blablacar (tema de moda) que el miedo que lograron infundir.
¿No hay nada que hacer?
Creo que Blablacar ofrece un servicio muy útil. De hecho, soy usuario desde hace años. Sin embargo También creo que hay que trabajar más para garantizar que este tipo de plataformas no se utilicen de forma indebida., sobre todo con personas que se dedican a transportar personas para ganar dinero. No porque lo hagan a través de Blablacar, sino porque esa gente no suelen cotizar por cuenta propia y no declaran renta, y si pasan el día conduciendo, podría ser un riesgo para los pasajeros (desgaste del automóvil, fatiga).
Desde mi experiencia personal, me resulta muy difícil determinar si este tipo de personas que utilizan Blablacar para ganar dinero son muchas o no. entiendo esto con la crisis puede ser una tentacion ganar algo de dinero, pero no lo veo rentable con los precios que maneja, y nunca me pareció que viajaría con uno de esos choferes, con una excepción. Y tan pronto como lo sospeché, lo usé. sistema de opinión para advertir de esta sospecha de una práctica contraria a las normas de la página.
¿Se puede encontrar una solución sencilla?
Si todos estamos de acuerdo en que el objetivo de una plataforma como Blablacar es dividir costes, entonces se puede mejorar lo que ya existe para asegurarlo.
- Hacer se requiere pago con tarjeta (como en Francia). De esta forma, hay mucho más control sobre el dinero manipulado por las personas.
- Opción 1: Calcular el costo real establecer un precio fijo por kilómetro que incluya peajes, en lugar de recomendar una sola franja de precios. Este costo se divide luego por el tamaño del automóvil. El cálculo se puede ajustar según el motor del vehículo, el tipo de combustible, etc. Nunca cobraría más del costo del viaje..
- Opcion 2: Para mantener la plataforma simple, nada se ve afectado (excepto el pago con tarjeta). Los usuarios que cobran más de una cierta cantidad por año son será notificado por Hacienda, para poder comprobar si no están empleados.
¿Cómo se puede adaptar la competición?
Blablacar puede hacer mucho daño a las empresas de transporte, como las de autobuses o incluso las de trenes. Pero si los usuarios han encontrado una forma más barata y legal de viajar, es inútil y absurdo intentar prohibirlo. Lo que otras empresas deben hacer es ofrecer un mejor servicio o precios más bajos.
El tren tiene una ventaja porque es más rápido (AVE) y también mucho más cómodo, por lo que te puedes permitir cargar más. El autobús es más lento, pero podría ofrece mejores tarifas o mejora la comodidad del viajero. De los dos es, sin duda, el que mayor trabajo tiene en reinventarse, si no quiere que le pase como a los videoclubs o las tiendas de discos.
¿La voz de los oligopolios?
Por último, una reflexión que hice esta mañana. Nunca leí que el Ministerio de Educación iba a multar a aquellas empresas o personas que lucran con la enseñanza sin tener la licencia correspondiente. Sin embargo, gracias a Internet, los estudiantes potenciales pueden acceder fácilmente a cualquier tutor privado e incluso tener clases de Skype en casa. Entonces, ¿por qué no he oído hablar de tales amenazas? ¿La competición dará lo mismo a las academias clásicas? ¿O simplemente no forman parte de un lobby como las empresas de transporte, los taxistas o las discográficas?
Me interesa saber lo que piensas. Puedes hacerlo en la sección de comentarios.
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