El Esperanza del Mar es noticia

El buque hospital Esperanza del Mar es el protagonista del mes de la revista monóculo, publicación británica caracterizada por sus reportajes en profundidad. «La Esperanza del Mar es el barco hospital en la fuerza militar más grande del mundo”, explica la publicación, que no escatima detalles en la descripción de tan singular embarcación y su cometido, así como la vida a bordo de sus 32 tripulantes.

Tanto el Esperanza del Mar como el Juan de la Cosa, el otro buque hospital del ISM, están ubicados en zonas de alta concentración de flota española y prestan asistencia sanitaria “in situ” a cualquier buque que lo solicite y se encuentre dentro de su área de cobertura . Tanto la consulta por radio como ambulatoria e incluso la hospitalización a bordo de los pacientes se facilitan cuando están prescritos. Si la gravedad del caso lo requiere, también evacuan al paciente al suelo de la forma más adecuada y rápida posible.

Como explica el Dr. José Luis Cristóbal en la revista MONOCLE, el trabajo de Esperanza del Mar no es solo salvar vidas (aunque sin duda es muy importante), también es ahorrar tiempo y dinero a la industria pesquera. Si un tripulante enfermo y el capitán tienen que llevarlo a puerto, se pierden días de ingresos potenciales y se deben seguir pagando los salarios.

De esta forma, se encuentran con todo tipo de patologías que tratan ‘in situ’, muchas veces gracias a la ayuda de videoconferencias que les ponen en contacto con los especialistas adecuados: problemas cardíacos, trastornos psicológicos (el alcoholismo tiene una alta incidencia en esta pesca industria, por ejemplo), cortes, etc. Otras veces es el «taxi», bromean, el que lleva al paciente al hospital.

La revista se hace eco del trabajo del barco, pero también de las condiciones en las que lo desarrolla su tripulación. El trabajo en equipo, la buena comida («esto es un barco español», recuerda el informe, «el referente de comida de calidad es muy alto»), la música ambiental y el yoga a media tarde son algunas de las rutinas que buscan la convivencia y la «moral alta». de la tripulación en las duras condiciones que supone, entre otras cosas, estar alejado de la familia durante meses.

A estar a bordo, se suma, por supuesto, el eventual estrés que puedan encontrar. «La situación aquí puede cambiar repentinamente», dijo el Capitán Carlos García Rodríguez, «y antes de que te des cuenta te inundarán llamadas y solicitudes de información. Así que lo mejor que puedes hacer es colgar el teléfono, dejar de contestar y ponerte a trabajar».

Puede acceder al informe completo haciendo clic en Aquí.