La elección de la forma jurídica es una decisión importante. ¿Autónomo o empresa? Es la duda de muchos emprendedores que vamos a aclarar. Para ello repasaré algunos de los aspectos más importantes de las dos formas jurídicas, y al final hablaremos de alternativas de solución. Sin embargo, quiero comenzar diciéndoles que para iniciar un negocio, la decisión sobre la forma jurídica no es tan relevante como podría pensarse, y ciertamente es mucho menos importante que enfocar correctamente el modelo de su negocio. .
Simplicidad administrativa
Tabla de contenidos
Hagamos una comparación rápida de lo fácil que es iniciar un negocio como autónomo o creando una empresa (en este caso, una sociedad de responsabilidad limitada).
Darse de alta como autónomo
Para independizarte tienes básicamente dos pasos:
- Dirígete a Hacienda y regístrate en el IAE con el modelo 037 (también puedes hacerlo telemáticamente).
- Accede a la Seguridad Social y regístrate en el Régimen Especial de los Trabajadores Autónomos (RETA).
Ambos trámites son gratuitos. Sólo si vas personalmente a Hacienda te cobrarán un euro por el modelo 037 y, por supuesto, la Seguridad Social te cobrará la cotización a partir del primer día del mes en el que te hayas dado de alta.
Encontrarás más información sobre cómo darte de alta como autónomo en mi blog profesional.
Crear una Sociedad de Responsabilidad Limitada (SL)
Crear una empresa es mucho más complejo. Tienes que seguir estos pasos:
- Solicitar el certificado de denominación social en el registro mercantil.
- Abrir una cuenta bancaria para ingresar el capital social (mínimo 3.005 €).
- Escribe los estatutos.
- Obtener la escritura pública ante notario.
- Pagar la tasa de transferencia de propiedad.
- Registrarse en el registro mercantil.
- Solicitar el CIF provisional a Hacienda.
- Registre su empresa en el IAE.
- Dar de alta la empresa en la Seguridad Social y dar de alta a los trabajadores (también debes realizar este último paso si vas a contratar empleados como autónomo).
Todos estos trámites te pueden costar entre 1.000€ y 2.000€ sin tener en cuenta la aportación de capital y llevar varias semanas. Además, si eres socio y administrador de la empresa, lo más probable es que de todos modos tengas que darte de alta como autónomo.
Puede encontrar más información sobre los pasos para crear una sociedad de responsabilidad limitada en mi blog profesional.
Obligaciones contables: independiente vs empresa
Un freelancer necesita mantener solo tres registros:
- Registro de facturas emitidas.
- Registro de facturas recibidas.
- También un registro de inversiones (si las hubiere).
En cambio, una empresa (ya sea limitada, anónima, de trabajo o cooperativa) tiene la obligación de llevar la contabilidad completa de acuerdo con el Plan de Mayor General (PGC).
Esas obligaciones fiscales
Desde un punto de vista administrativo, las obligaciones fiscales de un autónomo o de una empresa son similares. Un trabajador por cuenta propia registrado con una actividad empresarial tendrá que realizar pagos a cuenta del IRPF, mientras que la empresa está obligada a realizar pagos a cuenta del Impuesto sobre la Renta (IS). En ambos casos, es trimestral. En lo que respecta al IVA, ambos deben realizar declaraciones trimestrales y anuales.
En este apartado solo me interesa el aspecto administrativo de los impuestos, volveremos más adelante sobre la diferencia entre el IRPF y el IS.
Si hacemos un balance de los aspectos administrativos, queda claro que el trabajo por cuenta propia es la forma jurídica más sencilla y barata.
de responsabilidad limitada
Se supone que esta es la gran ventaja de una sociedad de responsabilidad limitada. la responsabilidad de los accionistas se limita a las aportaciones de capital. Es decir, si las cosas van muy mal, lo máximo que pierdes es lo que has invertido en la sociedad. Por el contrario, en el caso de un trabajador por cuenta propia, podría perder todos sus bienes muebles, porque no hay diferencia entre el capital de la empresa y su propio capital.
Desde este punto de vista, parece que gana la sociedad de responsabilidad limitada.
No obstante, me gustaría repetir que el concepto de responsabilidad limitada es muy relativo, como os expliqué el año pasado en otro artículo. En primer lugar, porque los bancos buscan garantías reales, y si la empresa no las tiene, te pedirán que avales personalmente los préstamos. Y en segundo lugar, porque el administrador de una sociedad puede ser responsable de su gestión, si se considera que no actuó con diligencia.
Tratamiento fiscal de los autónomos y de la empresa
Como decía antes, la principal diferencia fiscal entre una sociedad de responsabilidad limitada y un autónomo es que la primera está sujeta a Impuesto sobre la renta y el segundo en Impuestos personales (IRPF).
Estimación del coste del IRPF
Es difícil comparar el impacto fiscal de ambos sistemas por varias razones, pero sobre todo porque el IRPF depende mucho de la situación personal y familiar. Sin embargo, para hacerme una idea, cogí el programa de ayudas de Hacienda de este año y asumí el caso de una persona soltera sin hijos ni deducciones de ningún tipo (supuestos muy extremos). Al ser el IRPF un impuesto progresivo (hasta un máximo del 52%), hemos obtenido las siguientes cantidades:
lngresos netos | impuesto anual | Por ciento |
10.000 € | 826 € | 8,3% |
20.000 € | 3.495 € | 17,5% |
30.000€ | 6.345 € | 21,2% |
40.000€ | 9.695€ | 24,2% |
50.000 € | 13.495€ | 27,0% |
80.000 € | 26.476 € | 33,1% |
120.000 € | 44.336 € | 37,0% |
Impuesto sobre la renta
En cambio, en el caso de una sociedad de responsabilidad limitada, la tasa de impuesto es fija (25% para pequeñas y medianas empresas).
Esto quiere decir que a partir de unos ingresos determinados, empiezas a compensar tener una Sociedad Limitada, a pagar menos impuestos. Sin embargo, no debemos olvidar que los dividendos también tributan en el IRPF, por lo que para hacer una comparación precisa se deben considerar muchos factores, tales como:
- Resultados esperados para los próximos años.
- Salario asignado al director gerente.
- Cuánto beneficio quedará en la empresa para financiar las inversiones.
- Parte de los beneficios que se distribuirán a los socios y por cuánto tiempo.
- Situación personal de los empresarios (en el sentido del IRPF)
- y así
También hay que tener en cuenta que si sólo hay un empresario, la constitución de una SL podría considerarse un fraude para eludir la obligación de tributar por el IRPF. Muchos casos famosos han aparecido en las noticias.
En cualquier caso, en general se puede decir que cuantos más beneficios tengas, mejor será tener una SL.
transferencia de capital
Otra cosa interesante a tener en cuenta es cómo se pueden vender acciones de la empresa. Si al momento de montar un negocio optó por actividades independientes no hay capital social, por lo que el problema de vender parte o todo el negocio se vuelve un poco más complicado.
Considerando, por otra parte, que no existe obligación de llevar una contabilidad completa y que los activos de la empresa deben confundirse con los del contratista, la valoración empresarial también es más delicada.
En este apartado queda claro que una empresa es mucho más práctica que el régimen de autónomos.
Entonces, ¿cuándo es mejor el trabajo por cuenta propia y cuándo es mejor una empresa?
Como se puede ver en todo esto arriba, no depende sólo de los factores que ya hemos mencionado. Sin embargo, podemos definir extremos en los que la elección es más fácil.
Será mejor elegir freelance cuando:
- La facturación y los beneficios son pequeños y seguirán siéndolo.
- No hay o hay pocos empleados.
- Solo hay un empresario/inversor.
- No hay planes para vender acciones en el futuro.
Por el contrario, es mejor optar por una empresa cuando:
- El volumen de negocios y los beneficios son altos o lo serán en un futuro próximo.
- Hay varios socios.
- Está previsto contratar a más empleados.
- Quiere poder vender acciones en el futuro.
soluciones alternativas
No todo se reduce a darse de alta como autónomo. La legislación española permite varias opciones que pueden ser de su interés a la hora de montar su empresa.
Estructuras legales alternativas al trabajo por cuenta propia
En las formas jurídicas más sencillas derivadas del alta como autónomo, se puede optar por:
- comunidad de bienes: contrato por el cual varias personas (miembros de la comunidad) son propietarios individuales de una cosa o un derecho.
- Sociedad civil: un contrato por el cual varias personas ponen en común dinero, bienes o industria para compartir una actividad económica y compartir los beneficios.
- Contratista de responsabilidad limitada (novedad en la Ley de Empresarios): el empresario individual que, previa inscripción en el registro mercantil y sujeción a las obligaciones mercantiles asociadas, tendrá la posibilidad de no responder con parte de sus bienes personales siempre que:
- Las deudas no están en la administración
- Las deudas no superan los 300.000 euros
- No actuó de mala fe ni contra la ley
- Ha declarado que su vivienda principal y su vehículo principal tienen un valor inferior a 250.000 EUR y 25.000 EUR respectivamente.
Cabe agregar que ni la comunidad de bienes ni la sociedad civil tienen personalidad jurídicaSon contratos simples.
Dentro de las sociedades, además de la sociedad de responsabilidad limitada mencionada anteriormente, se puede optar por la sociedad anónima, cuyo capital mínimo es de 60.000€. Como no tiene muchas ventajas sobre SL (por cambios legislativos a lo largo del tiempo), se constituyen muy pocas, casi exclusivamente empresas muy grandes.
Alternativas a la sociedad de responsabilidad limitada
Otras opciones son:
- Sociedad de responsabilidad limitada Nueva empresa: versión simplificada de SL con un capital social máximo de 120.000 euros.
- Sociedad Laboral (SAL o SLL): destinados a sociedades en las que la mayoría del capital pertenece a los socios que trabajan.
- Sociedad cooperativa: una estructura que funciona democráticamente, en la que el objetivo es la colaboración de los socios para lograr un objetivo común.
- Sociedad de responsabilidad limitada por formación sucesiva: la última propuesta del Gobierno dentro de la Ley de Emprendedores, y que a priori, no aporta mucho respeto a todo lo que existe.
conclusión
Por último, me gustaría hacer una recomendación. Antes de gastar mucho, la forma más fácil de probar su concepto es registrarse como trabajador independiente. A ver cómo lo haces y cuando tengas una idea más clara de cómo orientar tu negocio de una forma más definitiva, si es necesario, plantéate montar una empresa. Sin embargo, como administrador de SL, lo más probable es que necesite trabajar por cuenta propia, por lo que no es una mala idea comenzar desde allí.
En el siguiente capítulo de nuestra guía, hablaremos sobre cómo elegir el nombre de una empresa.
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